Las tres series de dibujos y collages realizados en 2018, surgen en la ciudad como espacio público de la experiencia que integra una gran diversidad de tiempos y espacios. La calle está sometida a una infinidad de pequeños acontecimientos que fijan huellas, pero que permanecen invisibles y no trascienden, más que como una amalgama de sensaciones e imágenes. Siempre nos queda en la memoria una señal que perdura como una síntesis de orden o de evaluación de todo aquello vivido.

Ocupando la calle desde la condición de usuarios atentos, para entender las pequeñas lógicas de lo cotidiano. Tomar un autobús, conducir una bicicleta, hacer cola para pagar, aprender a reciclar la basura, o sostener la mirada frente a un extraño, nos informa mucho de la temperatura emocional de un lugar. Estos usos y costumbres definen un escenario colectivo y sugerente en el que nos sumergimos.

The three series of drawings and collages done in 2018, come to being in the city considered a public space of experience that integrates a wide variety of times and spaces. The street is subjected to an endless number of small events that leave their mark but remain invisible and do not emerge except as an amalgam of feelings and images. A lasting mark like a synthesis of order or the assessment of everything we have experienced will always remain in our minds.

Occupying the street as alert users in order to understand the tiny logic of daily life. Taking a bus, riding a bike, standing in a queue to pay, learning how to recycle rubbish or staring at a stranger tells us a lot about the emotional temperature of a place.

These uses and customs define a collective and suggestive scene we delve into.